martes, 1 de marzo de 2011

Musicoterapia

La prima de una ex, me invitó a su boda, trillada ceremonia, nada del otro mundo, para bien o para mal me desapasionan las bodas, creo que eso es algo bastante característico de mi género, que merecería un post aparte, a los hombres en general no nos apasionan las bodas, por lo general sentimos un sincero desinterés por el asunto; no digo que todos; pero sí una población estadísticamente significativa; al final de la ceremonia, sigo, tocaron una versión en violín y teclado de My Heart Will Go On, canción interpretada originalmente por Celine Dion y que fuera catapultada a la fama por ser la banda sonora de la película Titanic, la razón de la puesta en escena es que se trataba de “la canción” de la feliz pareja, era la canción que para ellos simbolizaba los años de noviazgo y los detalles de los que estuvo llenos, todo un simbolismo giraba en torno a esa canción dejando que la música hiciera lo suyo: Magia.
No todas las parejas tienen una canción, pero la música está presente en todos los momentos de nuestras vidas y siempre habrá alguna canción que nos recuerde en mayor o menor medida a los amores pasados o ciertos momentos que vivimos con ellos. A veces esto se convierte en un arma de doble filo cuando solemos torturarnos hasta el hartazgo escuchando las canciones más lacrimógena que nos suelen recordar el hecho de que terminamos (o nos terminaron) con nuestra pareja y que no volveremos a disfrutar los buenos momentos.
La música puede ser una excelente terapia y la mejor sazón para la seducción, todo es cuestión de saber cómo escogerla según el momento y la compañía. Para la temática del blog podemos mencionar cuatro aplicaciones, para superar una pérdida afectiva, para seducir, para el coito y para reavivar la relación.
Cuando uno termina una relación, peor aún cuando es la otra persona quien termina con nosotros, entramos en una etapa depresiva, nos sentimos mal y tratamos entre la negación y el duelo buscamos superar la pena; pero la mayoría de personas, especialmente mujeres, lejos de buscar calmar el dolor que sienten tienden a incrementarlo escuchando las melodías más tristes, lamentables y patéticas, especialmente aquellas que hablan del amor, del dolor y que son terriblemente empalagosas y cuyas letras resultan estupidizantes, denigrantes y por ende peligrosas. Recuerdo haber escuchado el estribillo de una cumbia que decía “quédate conmigo aunque sea con mentiras” u otro de Amaral “sin ti no soy nada”, me pareció descabellado enviar semejante mensaje en una canción, alentar el menosprecio por nosotros mismos, destruir nuestro amor propio a favor de un amor que ni siquiera es correspondido o, como en el caso del primer estribillo, sólo busca aprovecharse  manipular. La frecuencia con que he escuchado estas canciones y otras tantas me indican que hay algo bastante malo y hasta enfermo en la mentalidad de las personas para considerar que un mensaje como ese sea digno de ser difundido. Todo aquello que atente contra la dignidad de un ser humano merece la condena social y no el apoyo mediático, como es el caso de varias canciones que terminan por ser una apología a la humillación. Estas son las canciones que se deben evitar (en realidad algunas merecen un total desprecio) y en general todas aquellas que tengan que ver con lágrimas, llanto, dolor y sufrimiento amoroso. Busquemos canciones que nos calmen, que nos alienten a hacer cosas, no a quedarnos sentados y llorando, algo movido pero sobre todo motivador, no necesariamente bailable, pero si energizante; todo es cuestión de gustos, podría sugerir el magistral 4º movimiento “La Coral” de la novena sinfonía de Beethoven conocida popularmente como la canción o himno de la alegría, pero cuya versión coral produce una carga emotiva imposible de describir, es necesario vivirla y escucharla para sentir la vida fluyendo a nuestro alrededor. Considerando las condiciones en las que la compuso Beethoven, prácticamente sordo, aislado del mundo, con la muerte reciente de su mejor, y quizás único amigo, Schiller (autor del poema que da la letra a la coral) y en momentos en que lo consideraban un compositor pasado de moda, en decadencia, resurge con una obra maestra que lo inmortaliza. Es imposible estar deprimido si uno escucha con mucha atención esta obra que nos grita, nos empuja a vivir. La Fantasía Coral, también de Beethoven, es una obra que precede a la novena y que contiene similar carga emotiva. De la primera la mejor y más cuidada versión que he escuchado es la de Karajan, la más emotiva la de Berstein en Viena y de la Fantasía Coral no existe mejor versión que la de Daniel Barenboim dirigiendo y a la vez tocando el piano. Podría mencionar otras más, pero creo que esas son las mejores y en realidad las más recomendadas por los expertos en terapia musical para la salud mental.
Seducir es un arte y como tal debe ser delicado, suave, sutil, toda una apología a lo sensual; como dije en otros post, cada pareja tiene sus códigos, gustos y formulas, a algunos los puedes seducir con perreo chacalonero mientras que a otros con un buen huaynito, es cuestión de averiguar cuáles son los gustos musicales de nuestra pareja y, en base a estos, elaborar una selección de temas que le gustarán; es importante tomar muy en cuenta el lugar, el ambiente que se crea, si es una discoteca la seducción podría tener un caris más agresivo, casi tribal, sea con salsa o con algo de rock o reggaetón, dependiendo de la actitud de la persona podremos optar por un baile más pausado y cadencioso o por otro más froterista. Si se trata de una velada más íntima en casa, y con tu enamorada o novia o esposa; particularmente nada como el Jazz con algo de Blues, mis favoritos, Louis Armstrong en dúo con Ella Fitzgerald, una pareja simplemente perfecta, magnífica versión de Come Dance With Me y Autumn in New York, velas, una cena deliciosa pero ligera, algo de champaña y efecto asegurado. Para añadir algo más moderno nada como Dido, su voz suave y acariciante invita a relajarse y dejarse llevar por el momento.
Durante el coito no existen nuevamente recetas, dudo mucho que prestemos atención a la música, la estimulación puede ser bastante variable, especialmente en el momento de la penetración; creo que se podría seleccionar música a gusto de cada persona, pero tengan en consideración que el ritmo de la canción debe ser más o menos el ritmo de la penetración para mantener cierta coherencia que estimule más el acto en lugar de aletargarlo, no me imagino haciéndolo mientras escucho algunas de las canciones arriba mencionadas, pero si con algo de Madona, alguna vez lo hice a pedido de una enamorada, al ritmo de Black Sabbat y me pareció bastante excitante, no tanto por la música sino por el gusto que ella demostraba frente a mí. Misma situación pero con Pink Floid; eso sí, definitivamente no podría hacerlo con una balada de fondo.
Reavivar el amor entre dos personas es un acto que debe ser habitual en toda relación, una salida, una cena, incluso un baile en casa, sólo los dos, música de fondo, una canción con músicos en vivo interpretado para nuestra pareja o en un restaurante. Lo importante es que entre las canciones, que pueden ser las mismas que usamos para seducirla, estén también aquellas que marcaron nuestra relación y que tienen un significado especial, sea porque las solíamos bailar u oír sin cansancio o porque están relacionadas a anécdotas importantes para ambos y repito, para ambos, pues no es cuestión de uno sino de dos. Mejor aún si tienes el don de la música y eres capaz de componer alguna canción especial para alguien especial; pero si tu creatividad no da para tanto y necesitas ese momento de particular inspiración, no te preocupes, puedes simplemente modificar la letra de alguna canción y añadirle letras que hablen específicamente de tu pareja o de la relación de ambos y el amor que se tienen.
Aprovecha la música es lo más cercano a la inmortalidad que tenemos, nos hace seres únicos en todo el universo. Recuerdo nebulosamente haber escuchado en mi infancia, creo que en un serie, un encuentro entre los seres humanos y un ente del espacio, este les explicaba que si el universo de destruyese y luego reiniciase las leyes naturales, de física y química volverían a ser las mismas, las especies surgirían de la misma manera y habría una gran posibilidad de que fueran iguales, pero el día que se destruyera la última grabación de la novena sinfonía de Beethoven jamás volvería a existir, habría desaparecido para siempre. Cada pieza es única e irrepetible, más aún para cada uno de nosotros, pues no conozco ser humano a quien no le guste la música, puede no gustarle un ritmo en particular, pero no estará ajeno a ella, esa era una de las preguntas más trilladas y bobas que solía hacer a alguien en mis mocedades, ¿te gusta la música?, jamás hallé respuesta negativa.


Un extracto de la Fantasía Coral de Beethoven dirigida por Barenboim:

El gran Louis Armstrong con la inigualable Ella Fitzgerald en Come Dance With Me (Cheek to Cheek

Una de las canciones más sensuales que le escuché a Madona es Secret.