jueves, 21 de octubre de 2010

El tamaño importa

Zaida (llamémosla así) es una amiga que se divorció hace algo más de un año, es entretenida aunque peligrosamente inmadura y caprichosa; en cierto local de Starbucks me comentaba sobre los últimos dos amantes que había tenido, si bien tuvo orgasmos, no la dejaron satisfecha pues el grosor de su pene no la complacía, le parecían demasiado delgados en comparación con el de su ex esposo que si lo tenía grueso y eso no le resultaba excitante especialmente al tacto.
Definitivamente el tema del tamaño es una de las cosas que más traumatiza a los hombres, junto con el tema de la duración; mi querida Ale adora los penes grandes, duros y viriles, a otras esto les puede resultar atemorizante y amenazador, como siempre, hay para todos los gustos. Como escuché a una amiga, creo que citando algo que había dicho Rampolla: “la mujer necesita tres penes diferentes uno enorme para el sexo oral, uno grueso para el vaginal y uno delgado para el sexo anal”. Para muchos el tamaño es tan importante que están dispuestos a hacer lo necesario por aumentarlo, desde tortuosos y a veces riesgosos métodos mecánicos hasta, más riesgosos aún, métodos quirúrgicos; creo que valdría la pena mencionar los más comunes.
Entre los mecánicos están en de tracción, es decir estirar manualmente el cuerpo del pene tanto como sea posible, otra variación de esta técnica es colgarse pesas amarradas al pene durante media hora diaria. El siguiente método es el de succión y para ello se usa una válvula que extrae el aire de un tubo cerrado que se coloca sobre el pene, la succión hace que el pene se ponga erecto al máximo de su capacidad. Ambas técnicas pueden lograr un incremento de hasta 3 centímetros en un año, no los 5 centímetros por mes que suelen prometer los anunciantes, la razón de dicho incremento es la elasticidad del tejido peneano, lamentablemente esa misma elasticidad juega en contra de las intenciones del cliente, pues este tejido tiende a volver a su tamaño natural, es decir a reducirse nuevamente si se descontinúan los ejercicios, por otro lado es muy posible que la erección no ocurra con misma solidez además de perder sensibilidad en el glande.
Las técnicas quirúrgicas son mucho más abundantes, existen operaciones de reacomodo cortando el ligamento suspensorio y acomodando la parte del pene que se halla enrollado al interior del abdomen. Otra manera es inyectar la propia grasa en medio de los cuerpos cavernosos o injertar tejido, esto logra un aumento del grosor, pero, en el caso de la grasa, este va disminuyendo conforme la grasa se elimina, en el caso de los injertos, estos son más permanentes. En todos ellos el incremento no es significativo y las consecuencias pueden ser peligrosas.
Las pastillas, cremas, pociones, no sirven sino como efecto placebo, son sólo buenos métodos para sacarle el dinero a hombres obsesionados con el tamaño, así mismo los métodos anteriores no tienen garantía de eficiencia, especialmente a largo plazo; no existe ningún estudio confiable que haya analizado los resultados a largo plazo y garantice de alguna manera los mismos.
Algo que debemos tener presente para alejar obsesiones y traumas es que los tamaños normales de un pene adulto varían entre los 13.3 cm de largo y 12 cm de circunferencia (en erección) hasta los 15 cm de largo y 14 de circunferencia, penes menores a estas medidas son considerados pequeños y mayores a éstas, grandes.
Y ¿qué hacer si se quiere un pene más grande? Para tener una respuesta adecuada habría que plantearnos ¿Para qué queremos un pene más grande? Y responderla con total sinceridad, puesto que la respuesta sea “por vanidad masculina”. Pero si la respuesta es brindar y obtener mayor placer, tal vez podríamos ensayar algunas de estas opciones.
·        Mejorar la relación con nuestra pareja; el sexo en pareja se complementa con el grado de intimidad que tengamos con nuestra pareja, de esta combinación se obtiene el nivel de satisfacción que podamos obtener.
·        Mejorar los juegos sexuales, acariciar mucho, besar más, explorar nuevas áreas sensibles, descubrir nuevos placeres, ensayar nuevas formas, lugares, estilos, situaciones, la penetración no es lo único que cuenta en el coito, dejemos eso para cuando veamos a nuestra pareja bien desesperada, tanto que termine suplicando o tomando la iniciativa con firmeza.
·        No tengan miedo de usar juguetes sexuales; vibradores, dildos, loveballs, todo vale, todo lo que genere placer mutuo. Por ejemplo, introduce las loveballs en su vagina durante la penetración y veras como estimularas internamente toda su vagina, incluyendo el punto G.
·        Utiliza posiciones que te den ventaja, como piernas al hombro o ella en cuclillas sobre ti.
·        Explora otros placeres como el sexo anal, pero afánate en el sexo oral, busca el ritmo, intensidad y posición adecuada a tu pareja.
·        Nunca descuides el componente emocional, mímala, acaríciala, escúchala y se amoroso con ella.

No podemos negarlo, el tamaño importa, pero si no has sido beneficiado con él no es pretexto para ser un mal amante; viéndolo desde esta perspectiva podríamos afirmar categóricamente que el tamaño importa, pero de mayor importancia es el tamaño de nuestra creatividad y afecto.