domingo, 24 de octubre de 2010

Ni puta ni santa, sino todo lo contrario

S.R. mi adorada colega, en una de nuestras chateadas vía msn me comentó que tenía una amiga a la que estimaba muchísimo, pero que era algo tímida, no se liberaba, no salía con chicos o no permitía que se le acercarán, pese a que le atraían físicamente; me pidió que la “avivara” que hiciera que se soltara más, que no se hiciera tanto problema y viviera más libre y feliz, en lenguaje de colegas, me pidió que la orientara.
Quedé en verla en el centro de Lima y hablar de su “problema” y lo pongo así entre comillas para destacar que los problemas no existen hasta que los involucrados dicen que existe, así que fui a su encuentro temprano en la mañana, me pasé toda la mañana con ella y me la pasé súper bien, es divertida, entretenida y muy simpática. Hablamos de muchas cosas y entre ellas el supuesto problema, problema que ella manejaba de mil maravillas, lo que pasa simplemente es que sus avances no están al ritmo que esperan sus amigas, pero de que iba por buen camino, iba.
Recuerdo la primera vez que conversamos por el msn, me explicó la cuestión de la timidez de su adecuada interacción con las demás personas, además del hecho de que ella aun es virgen, no le veía mayor inconveniente en todo lo que me decía, las personas deben actuar como mejor se sientan, si haciendo determinadas cosas se sienten plenas y felices entonces no abandonen ese camino, o en todo caso sopesen muy bien las posibilidades antes de hacerlo para disminuir la posibilidad de tomar decisiones incorrectas.
Leía el caso de una chica que decidió llevarse a la cama a dos compañeros de trabajo, al final estos la tildaron de puta, no la volvieron a llamar o en todo caso imagino que sólo la llamarían cuando estaban con ganas de fornicar con ella. Como ella, tengo varias conocidas que gustan de tener sexo son la necesidad de tener enamorado, el comentario recurrente con el que siempre me empalagan es “no quiero que piensen que soy una puta”; por eso tratan de ser discretas con sus “amigos con derechos”, evitar que los vean sus conocidos y por tanto evitar tener que dar explicaciones, más aún cuando suelen salir con más de un chico a la vez; siendo solteras y libres no hay ninguna razón por la que no puedan hacer eso, al menos en los hombres es visto con ojos de envidia.
Tanto las primeras pero especialmente las segundas son víctimas de la presión social, el imaginario colectivo es capaz de juzgar con gran ligereza y excesiva rudeza conductas sanas, libres y saludables, perfectamente normales; pero que despiertan el pánico en los demás que no se atreven a ello pues a estos emancipados los consideran subversivos, gente peligrosa que hace tambalear el status quo, si estas ideas se difunden ¡sería el fin de la sociedad!, piensan. Por tanto, hay que regresarlas al redil o aplacar su revolución haciendo que sean como nosotros.
¿Cómo enfrentar esa presión? Para empezar debemos centrarnos en las acciones, no en los rumores, no te debe importar lo que digan de ti, sino cómo te tratan, jamás permitas palabras ofensivas, tonos sarcásticos, agresiones directas o insultos o cuchicheos estando tu presente, si dejas que te traten como puta, ya lo eres, si dejas que te traten como cucufata ya lo eres, tu simplemente eres un ser humano que desea ejercer su libertad como mejor le parece tanto para hacer como para no hacer cosas, dado que es tu vida, tienes el derecho de aceptar o rechazar las críticas vengan de donde vengan, eso sí, se valiente pero no imprudente, si decides actuar con transparencia prepárate para enfrentar cualquier acción que te pueda perjudicar directamente y que esté originada en tu conducta, tales como despidos intempestivos, expulsiones, marginaciones, si quieres vivir libre tienes que estar dispuesta a pagar el precio y no arrugar, prohibido arrugar, sino te haces respetar no te respetarán. En la intimidad esto se vuelve más determinante aún, tu amante o amigo cariñoso es quien menos puede quitarte el respeto, no le permitas un desplante o que hable mal de ti, no le permitas burlas ni que te trate como si tú estuvieras permanentemente a su disposición; no te aferres a él pues no es ni tu pareja ni tu novio y en ocasiones ni siquiera tu amigo. Recuerda que si te cierran una puerta otras tantas se te abren. Siempre es importante tener al menos un amigo o amiga que pueda servirte como apoyo emocional, alguien que te apoye y de preferencia que también te pueda dar un punto de vista objetivo y maduro.
Por último recuerda que tu vida privada es eso, vida privada, nadie tiene porque juzgarla y mucho menos hacerla pública.