sábado, 12 de febrero de 2011

Tómate en serio para que te tomen en serio

Una pregunta recurrente que se hace cierto tipo de mujeres es ¿Por qué no me pueden tomar en serio?, estoy seguro que los hombres también se hacen la misma pregunta sólo que en silencio; es común escuchar esto cuando sus parejas, sean enamorados o amigos cariñosos, empiezan a descuidarlas o al menos ellas así lo sienten, también lo dicen cuando son desplazadas por otra mujer o simplemente porque ellos terminan la relación. Considerando algunos antecedentes ensayaré algunas respuestas.
La primera que se me ocurre es sencilla, “no te toman en serio porque tú misma no te tomas en serio”.
El enamorado de una amiga desapareció durante un feriado largo, al regresar alegó la infantil excusa de que había salido de viaje con unos pariente y había dejado el celular en casa, como si no pudiese mandarle un mail desde cualquier cabina en cualquier ciudad del país; la cosa es que ella lo perdonó y continuó con la relación, pero nuevamente se dio por desaparecido, esta vez culpó a sus clases y la proximidad de las evaluaciones, lo cierto es que ella sospechaba que salía con otra sin embargo continuó con él por un estúpido capricho de querer “vengarse” haciendo que se enamorará perdidamente de ella para luego chotearlo y pagarle así con la misma moneda; nunca llegó a lograr su objetivo, sólo consiguió quedar como una idiota ante los demás, y por supuesto, ¿Cómo tomar en serio a una chica así?
La enamorada de un amigo ha estado últimamente buscando conflictos, afirma que no confía en él pues aún conserva los teléfonos de alguna de sus ex en su celular, no lo llaman ni proponen encuentros, es él quien tiene que hacerlo, lo interroga y hurga en sus cosas privadas, como su correo electrónico y su buzón de mensajes en su celular; él lejos de indignarse y cortar los conflictos, la intransigencia y eventuales humillaciones que pueden ir en aumento, soporta pacientemente el calvario, evidentemente ella no tiene más interés en la relación y busca una forma de sacudírselo de encima, pero él persiste tercamente ante lo inevitable.
Podría enumerar muchos ejemplos más, tanto que ya perdí la cuenta de las veces que he escuchado: si lo vuelves a hacer terminamos, a mí no me vas a hacer esto, una vez más y no me vuelves a ver, no me gusta que tomes tanto, no te voy a soportar una mentira más, me estoy cansando de esta situación, ya no aguanto más; entre otras tantas amenazas incumplidas. Si empeñas la palabra debes honrarla, sin importar que tanto duela, de no hacerlo tu pareja empezará a perder credibilidad en ti para luego perderte el respeto. No es que necesariamente tu pareja es un ser malvado o malvada que quiere controlarte o hacerte sufrir y pasarse de vivo contigo, es que tú mismo se lo estas permitiendo, poco a poco vas cediendo cada vez más y más hasta que sin darte cuenta has perdido toda tu credibilidad y el respeto por ti misma. Tu pareja sabe que lloriqueando un poco o excusándose o comprándote alguna cosilla lo perdonarás y volverá a hacer lo mismo, total, ¿Por qué tendría que corregir su conducta si siempre será perdonado? Le será más fácil pedirte perdón y salirse con la suya constantemente que modificar su conducta y renunciar a sus caprichos.
Esta situación no queda en el discreto espacio de la pareja, sale y se extiende en comentarios provenientes del entorno, así es como los demás empiezan a evaluar a ambos y termina diciendo “que vivo es uno” y “que idiota es el otro”, el estar perdonando constantemente y dejándote manipular se convierte en el peor estigma que hace que nadie te tome en serio, que sólo se acerquen para tener un buen polvo o sacarle bastante dinero.
Que diferente sería todo si optan por ser decididas o decididos y no permiten ni que les falten el respeto ni que les hagan sentir incómodos, lo más seguro es que la relación habría terminado antes de llegar a cualquier actitud hiriente y dañina, con algo de tiempo cabría la posibilidad de recuperar la amistad; habrían terminado, sí, pero ganarían autorespeto y también el respeto de los demás, sabrían que no los pueden manipular, que no pueden burlarse de ustedes, que no importa el tipo de relación que tengan, si son esposos, enamorados, amantes o amigos cariñosos; siempre tendrán que tratarlos con deferencia y nunca podrán hacer lo que les venga en gana con ustedes, jamás podrán humillarlos porque simplemente no lo permitirán y al primer intento cortarán la relación.
Sin embargo el temor a romper con tu pareja, a estar solos otra vez, a empezar de cero y sobre todo a que hemos fracasado nuevamente, sin considerar que los años pasan y no nos hacemos más jóvenes, hace que optemos; en nombre de ese temor absurdo; a perdonar y soportar muchas cosas con tal de no volver a estar solos o fracasar otra vez y ahorrarnos el trámite de buscar otras posibilidades. Dirigir nuestras relaciones en base al temor es absurdo, termina dañándonos pues acabamos creyéndonos el cuento de que no somos los suficientemente buenos para nuestra pareja y quizás para nadie. Al final será un asunto de decisión y fortaleza, que tan buena y sana quieres que sea tu relación y que tanto estás dispuesto a dar por ello. Aquí unos breves ítems a tener en cuenta:
-          Conócete a ti mism@, determina claramente cuáles son las cosas de más importancia para ti, cual es la conducta esperada de tu pareja y de la que depende el éxito de tu relación. Hazlo en un momento de calma, sin presiones y con la mente bien despejada para que así no tengas mayores arrepentimientos.
-          Decide por adelantado lo que quieres, cuando no es no y si es si y cuando puede haber un “puede ser”, nada más absurdo y tonto que decir no queriendo decir sí.
-          Comunícate con franqueza, no temas ofender, explica detalladamente las cosas que esperas en su conducta, si te hace sentir incómod@ díselo, explícale claramente que fue lo que hizo que te incomodó o lastimó y adviértele con amor y a la vez con firmeza que no lo vuelva a hacer y por supuesto; explícale como debería haberlo hecho; no se trata de manipular, se trata de que muchas personas tenemos conductas ya establecidas por la fuerza del hábito y no nos damos cuenta cuando estás puedan incomodar a la persona que amamos, nos cuesta modificarlas y es más fácil cuando nos ayudan, si somos conscientes de ello agradeceremos esta ayuda en lugar de rechazarla agresivamente.
-          Jamás amenaces si no vas a cumplir tu amenaza, muchas veces lo hacemos hasta por inercia, porque pensamos que mientras más grande la amenaza mayor el temor de equivocarse nuevamente; craso error, sino hacemos lo que hemos dicho no tomarán en serio nuestra palabra.
-      Jamás busques venganza, nunca trates de pagarle con la misma moneda, eso sólo te daña a ti y a nadie más, te denigra como persona y termina convirtiéndote en aquello que tanto detestabas, no permitas que las malas acciones te envilezcan.
-           Evita confrontaciones y excusas; si y dejaste en claro tu posición no hay nada que advertir ni nada que excusar, sólo queda actuar conforme a la palabra empeñada.
-          Jamás involucres a terceros en las discusiones, puedes pedir orientación, pero la decisión es sólo tuya.
-          El mejor indicador sobre lo bueno o malo que es la relación eres tu mism@ si te sientes mal, significa que algo está mal, no esperes a que esté peor, convérsalo y busca soluciones, más que cualquier otra cosas.
-          Si tienes que apartarte y tienes miedo a la soledad recurre a tus amigos y colma todo tu tiempo libre, te será más fácil asimilar el momento.
-          Aléjate de la gente inmadura, evita ese tipo de grupos, la gente inmadura jamás sabrá valorar el compromiso, ni el respeto ni muchas otras cosas más, busca grupos con gente sensata, madura, educada; si te mantienes en el mismo grupo de patanes simplones y chicas frívolas y cabezashuecas, esperando a que te valoren entonces despierta porque jamás lo harán.
Ante todo recuerda de que el trato que guarden hacia ti depende casi en un 100% de ti mism@, así que decide con sabiduría.