jueves, 30 de diciembre de 2010

Atractivo masculino


Hace poco me llamó Perico,  para contarme que de un tiempo a esta parte había conocido a una chica bastante interesante, al menos para él le resultaba atractiva y que entre charla y charla había nacido en él ciertas expectativas con respecto a ella; lo cierto es que nuestro querido Perico no es demasiado selectivo a la hora de generarse expectativas sobre alguna chica mientras esta le sonría o sea cortés con él. Para el caso concreto, la chica en mención tiene unos 23 ó 24 años, es de Chachapoyas, zona oriental del Perú famosa por el calor de su clima y de su gente, actitud que ha generado la leyenda urbana de que toda mujer proveniente de la amazonia sufre (o goza) de una especie de furor uterino endémico del lugar, lo que hace que cuando alguna de ellas llega a Lima y menciona su procedencia, despierta en los hombres una inquietud hormonal que crece y hasta desborda en afanes por conquistar a dicha mujer. No dudo que lo mismo ocurra con esta chica; para empezar Perico ya se puso en la lista y desea fervientemente horizontalizarla, claro que el no me ha expresado directamente sus apetitos sexuales, quiero pensar que sólo quiere eso con la chica pues una relación a largo plazo y formal esta algo, bueno bastante, fuera de su alcance. ¿Porque pienso esto? Basta echar una mirada al perfil de ambos, ella, joven y atractiva, con un cuerpo agraciado y con el plus de venir de la selva por una temporada a Lima; él hombre de 37 años, 1,60 aprox y con tacos, cetrino, hirsuto, con la destreza verbal del puma Carranza, empleado público y con un sueldo promedio, es decir bajo. Más aun considerando que la mayoría de mujeres de esa edad suelen ser algo superficiales, más aún cuando no tienen mayores responsabilidades. Pero podría aspirar tal vez a un encuentro sexual casual, siempre y cuando el azar, los astros y ciertas fuerzas del universo confluyan para que esto se dé.
Cabria preguntarse sobre aquellos elementos que hacen atractivo a un hombre, al menos lo suficiente como para poder tener la posibilidad de llevar a una mujer a la cama; pienso que estos se resumen en:
El poder de la belleza, un tipo guapo, físicamente bien formado y especialmente con un rostro agraciado tiene sexo asegurado, si bien no le garantiza que pueda tener una relación estable, pues esta está vinculada con otras variables más íntimas y de personalidad, al menos puede estar seguro de que virgen no morirá; por otro lado los hombres físicamente atractivos (al igual que las mujeres bellas) tienen mayor interacción social, pues son frecuentemente abordados por las demás personas, invitados a reuniones y fiestas, lo que con el tiempo les da cierta destreza social. Esto debe estar unido a una imagen propia, auténtica y personal que nos identifique, el estilo de vestir y los accesorios.
El poder de la palabra, un hombre persuasivo, con un buen floro, tiene una buena perspectiva de éxito sexual, considerando que este “poder” debe estar unido a la prudencia y paciencia. Pero hay que aclarar que esto requiere de una amplia versatilidad, no funciona el mismo floro para todas las mujeres, no es lo mismo una chiquilla recién salida de un colegio nacional en un barrio populoso y amante del reageton, la salsa, las telenovelas, el msn y el facebook a una universitaria, con una sólida formación, amante de la literatura, la música variada, aficionada al teatro, cine y opera. Además el secreto de este poder es el buen humor, es una unión indivisible, ninguna mujer aprecia más a un hombre que a un hombre que las haga reír, más si es a carcajadas, la risa es una llave que te permite hacer avances bastante audaces con una mujer, pues es difícil indignarse o molestarse cuando una chica es presa de la risa.
El poder del dinero, innegable y el más básico de todos, también el más fácil de conseguir, basta trabajar y ser emprendedor; una billetera abultada impacta fácilmente a un enorme número de mujeres, “no será guapo pero tiene un no $e que” es la frase que resume el interés por una vida cómoda y de lujos, pero ojo que el dinero no compra clase o estilo, es simplemente una herramienta que bien empleada puede hacer mucho si lo usamos para desarrollar nuestro buen gusto, educación y habilidad social, nos permite acceder a los mejores lugares, usar la mejor ropa y vivir una vida cómoda, pero al final la elección y buen gusto determinarán que tan bien utilizado está ese dinero.
El poder del sexo, si eres bueno en la cama podrás repetir el plato una y otra vez con aquellas a quienes seduzcas, pero en nuestro caso eso suele ser más complicado, este poder está limitado por los tres anteriores, pues no hay forma de demostrar a una mujer que tan bueno somos en la cama si es que no nos acostamos con ella; para eso necesitaremos echar mano de los anteriores, este “poder” es sólo para enganchar a alguien, para que no quiera irse, la seducción es otro tema.
Sería conveniente que Perico hiciera una evaluación sincera de que tan buen puntaje puede obtener en estos rubros para determinar con mayor objetividad en que aspectos podría mejorar y destacar, no se trata en sí de que tantas virtudes tengas, sino de que las pocas (o muchas) virtudes que poseas sean tan grandes, tan evidentes y resplandecientes que opaquen tus defectos. Y los sentimientos, la nobleza, la bondad, el amor, etc; bueno son importantes si quieres tener una relación estable, sólida y a largo plazo con esa persona, pero para descubrir eso primero tienes que haber tenido el interés de conocerlo, si el tipo te resulta nada absolutamente nada atractivo difícilmente una mujer se animará a conocerlo más profundamente y todo quedará ahí, en un saludo cuando mucho.
A puertas del año nuevo y las celebraciones que ello conlleva, replantéate a ti mismo que tan atractivo eres, sin temores, mientras más sincero seas contigo mismo, mayores y mejores cambios podrás hacer, sabrás con mayor claridad que debes, y sobre todo, que puedes mejorar, no importa si tienes o no tienes pareja, más aún si tienes una pareja al lado y la amas, regálale un hombre renovado, más atractivo y sobre todo más virtuoso que eso no se compra y es tal vez lo más difícil de lograr.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Amores libres

Empezaron con un beso apasionado casi sin conocerse, un par de salidas después tuvieron sexo, nada intenso, nada que marcase una hito en la vida sexual de ambos, pero fue satisfactorio, rápidamente estos encuentros amatorios se fueron haciendo cada vez menos protocolares hasta que cada uno mostró su potencial en su plenitud, las sesiones pasaron a durar horas, las reservas se anularon completamente, los orgasmos no sólo se multiplicaron sino, se hicieron más intensos. Ambos se convirtieron no sólo en amantes, sino en cómplices, él le solía contar de sus aventuras con otras mujeres y ella hacía lo mismo, se ayudaban a seducir a otras personas, reían, compartían, se apoyaban y gozaban intensamente. Un día ella decidió que no podría seguir con él así, sabía desde hace tiempo que lo amaba, no quería cortarle su libertad ni obligarlo a nada, pero necesitaba ser su prioridad sobre las demás, no precisamente que dejara de tener sexo con otras mujeres, pero había llegado al punto en que detestaba que él cancelará una cita con ella por salir con alguien más; así que le puso como condición para seguir que fueran enamorados, él aceptó pues en si no cambiaría en mucho las cosas, pero no fue así.
La relación de enamorados empezó como una relación abierta, él podía acostarse con otras mujeres y ella igual con otros hombres, de hecho aún mantienen ese pacto, el único requerimiento era ser sinceros el uno con el otro, así lo habían sido desde siempre así que nada debía cambiar; pero, poco a poco él dejó de afanar a otras chicas, dejó de buscarlas o llamarlas, dejó pasar varias oportunidades de encuentros casuales; no tenía para que hacerlo, el sexo con ella era extraordinario, agotador y enormemente satisfactorio, que más se podía pedir, no quería arriesgarse con una nueva amante, había perdido la paciencia con mujeres que no lo dejarían satisfecho, que no estaban en absoluto a la altura del rendimiento sexual de su ahora enamorada, la fidelidad empezó a imperar en la relación, no porque alguno lo exigiera sino porque la relación en si desencadenó en ella.
Actualmente ambos salen o coquetean con otras personas, gozan calentando a hombres y mujeres que los miran con deseo, pero no llegan a más, regresan con quien saben que los dejará plenamente satisfechos, a pesar de despertar enojoso frustraciones. Su relación ha sobrevivido muchos años y parece que sobrevivirá muchos más, la base de ella fue la libertad, aceptar a la otra persona tal cual y no pretender cambiarla, ¿hubo problemas? Por supuesto, los siguen habiendo, pero se solucionan inmediatamente, la razón es que ambos son sensatos y pragmáticos, van directo al problema sin buscar antecedentes ni culpables, sólo les interesa solucionarlos lo más satisfactoriamente posible para los dos, no pierden el tiempo en crear problemas de donde no los hay, controlan ese lado caprichoso que tenemos todos los seres humanos y saben ceder en beneficio mutuo; siguen siendo libertinos e infieles, al menos en teoría; ambos saben que en cualquier momento la otra parte podría terminar en la cama con otra persona, pero no se centran en ello, lo utilizan para mantener vivo el interés y cortejo entre ambos. Tal vez si se sintieran plenamente seguros uno del otro o peor aún, lo sintieran como su propiedad, ella engordaría, él la dejaría un poco de lado para cogerse a otras mujeres, ambos terminarían mintiéndose, dejarían de lado los detalles, los mimos, las salidas y diversiones, tal vez, no lo sabemos, pero ellos lo consideran una enorme y peligrosa posibilidad, así nunca caen en rutinas odiosas y siempre están el uno para el otro, buscando y haciéndose tempo para gozar de su particular relación. Cada uno se siente plenamente libre y plenamente sometido; por voluntad propia; a la otra persona, “soy libre porque me amas y siervo porque te amo”.
La historia podría ser menos erótica, podríamos variarla pensando en que ambos no tienen mucho interés en el sexo, son felices teniendo sexo una vez por semana y por poco tiempo, el suficiente para un orgasmo y listo; él deja de buscar otras chicas porque teme que empiecen a exigirle más y más sexo y él no podrá satisfacerlas y tampoco le interesa hacerlo, no es su ritmo sexual, no quiere coitos interminables, prefiere abrazarla y ver una buena película, un relajante paseo o una salida a bailar; con ella encuentra ese equilibrio, esa satisfacción, ve en el rostro de ella la felicidad grabada, él le pregunta si ella se siente satisfecha así, si no le gustaría tener más sexo, más orgasmos, más pasión, le deja el camino libre para buscar el orgasmo en otros hombres, ella sabe que puede hacerlo pero no le interesa hacerlo, se siente plenamente satisfecha con él y él con ella, él sabe que puede hacer lo mismo, pero salir y acostarse con otras no le interesa, es feliz con ella y se afana en planificar actividades que los diviertan, siente que al tener una relación “abierta” hay una suerte de competencia con los demás así que hay que esforzarse, ambos tienen que esforzarse por dar un poco más de sí mismos.
Hay ocasiones donde la fidelidad cae por su propio peso, sin necesidad de exigirla o atormentarnos cuidándola, simplemente se da. La fidelidad que anhelamos es sexual así que sexual también serán los mecanismos para lograrla, en ambos casos la fidelidad nace de la satisfacción sexual mutua y del principio de libertad como aliciente para mantener vivo el interés en nuestra pareja, pero sobre todo para aceptarla tal cual es y mostrarnos a nosotros mismo tal cual somos, sólo así damos la oportunidad a la otra persona de tomar decisiones adecuadas sobre la relación. Yo he encontrado que la libertad es el único medio para la felicidad, en todo aspecto; ser libres es hacer lo que queremos hacer, pero aceptando las consecuencias de nuestros actos sin quejarnos por ello, es permitir a las personas que ejerzan su derecho a ser libres, dejarlas equivocarse, caerse y vencer, apoyarlas cuando nos necesiten y no sobre protegerlas, entender que no somos dueños de nadie ni nadie es nuestro dueño, somos amo y señor de nuestra vida y nuestras decisiones; amando en libertad y dejando libre a la otra persona permitiremos que esta decida si se va de nosotros o si regresa a quedarse para siempre, ¿el siguiente paso? Decidir si esta persona será nuestra pareja de por vida, si la respuesta es sí, sólo queda hacer el compromiso mutuo -pero sobre todo personal- de amarse hasta que la muerte los separe.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cuando tu me pegas

Cuando tu me pegas, me pongo contenta
porque yo siento, que te intereso
la ultima vez, que me pegaste
dejate marcas, dentro de mi
 (...) 
Un puñete para arriba, un puñete para abajo
un puñete en la barriga, un puñete en el costado
ahora las mujeres, vamos a disfrutar
esta bella tecnocumbia, bailando sin cesar (bis)

Esta es la letra de una tecnocumbia que cantan los Nosequien y los noscuantos, la canción en general es graciosísima, un verdadero mate de risa, sería más divertida y causaría más risa si no fuera en realidad tan pero tan irónica, puesto que la violencia contra la mujer es una realidad constante en nuestro país, lo más aterrador de esto es que se vuelve enormemente cotidiano hasta hacerse normal, porque es normal que recibas una buena cachetada si quemas la comida, si coqueteas con otro o si simplemente no haces las cosas como se debe, mínimo al menos una mentada de madre y recordarte lo inútil y estúpida que eres. Tal vez en algún momento de reflexión ambos se pongan a pensar en ello, en como él la insulta y agrede, en como la golpea, ella en cómo se deja golpear, humillar, denigrar; y luego caiga la pregunta impostergable ¿Cómo llegamos a esto?, recuerdan los primeros días de cortejo y posteriormente los primeros días de noviazgo donde la cosa no era así, donde todo era amor y cortesías, ¿Cómo se transforma una rosa en una cachetada o un halago en un insulto?
La Violencia es una escalada, empieza generalmente por algo pequeño, casi hasta justificable, porque es justificable que uno se enoje cuando ella llegué tarde o le falle en algo que él considera importante y lanza por ahí el primer insulto, la primera ofensa, el primer grito, luego vendrá la justificación, -estaba estresado, no sabía lo que decía, además es tu culpa. Estas últimas cuatro palabras son las más peligrosas, si las mujeres se la creen empezaran a creer también que todo es su culpa, que ellas son las victimarias, las perversas que alteran las paz de su pareja y que por lo tanto merecen cualquier forma de castigo. Este pensamiento hace que pronto los gritos se vuelvan más frecuentes, convirtiéndose después en insultos de todo calibre y por último en golpes y humillación pública. El siguiente paso es ver el maltrato como algo normal, algo que simplemente tiene que pasar; las mujeres de la  tribu Amhara en Etiopía piensan que es necesario que sus respectivos esposos las golpeen, el maltrato es casi un ritual a tal punto que de no ser golpeada por el cónyuge, la esposa tiende a pensar que está perdiendo privilegios entre las otras (la tribu Amhara es polígama) y que por lo tanto el esposo no la quiere, esto hace que él también este obligado a golpearla. Para los Amhara el maltrato a la mujer es normal, han crecido viendo esto y no los impacta; lo mismo ocurre en los hogares donde el maltrato está institucionalizado, los niños crecen pensando que es perfectamente natural golpear a una mujer por cualquier causa, las niñas piensan que deben soportar maltratos porque es su culpa es ser tan torpes. Esto causa una seria patología en nuestra sociedad, algo que es muy necesario erradicar. Consideremos algunos puntos clave:
·         La violencia es una escalada, empieza con cosas pequeñas, gritos e insultos relativamente menores, por lo tanto la mujer debe cortar esta escala justo cuando empieza, antes de que se haga incontrolable, decirle con tono firme y decidido que nada justifica los insultos, si cometiste un error entonces discúlpate, él sólo tendrá que optar por dos alternativas, o te perdona y siguen con sus planes juntos y disfrutan de su compañía o no te perdona y se aleja hasta que se le pase. Por parte tuya sume tu culpa y trata también de compensar tu falta, siendo excepcionalmente cariñosa por ejemplo, o preparándole una velada inolvidable o con un pequeño presente pero no dejes de compensar tu falta, eso le dará seriedad a la relación, hará que él sienta que realmente estas arrepentida e incrementará el respeto mutuo de la relación; alejando la posibilidad de guardar resentimientos que tarde o temprano pueden aflorar de manera incontrolable.
·         Muchas personas tienden compulsivamente a ser violentas, evita a este tipo de personas, las puedes detectar en su conducta habitual, cuando no pueden controlar su enojo o su ira ante situaciones cotidianas, como el tráfico o los servicios de atención, también cuando se muestran particularmente ansiosos y enojados ante cosas triviales como una cola; cuando no aceptan las disculpas fácilmente, por el contrario, buscan alguna forma de confrontación, por ejemplo si alguien lo choca involuntariamente.
·         Cuando es particularmente celoso y resalta constantemente el hecho de que eres suya en términos de posesión, como si de un objeto se tratase, no permite que hables con nadie y exige saber siempre dónde estás, incluso revisa tu celular y mails, los puedes reconocer desde el inicio pues preguntan más de la cuenta sobre si saliste o no, con quien y que hicieron, pidiendo muchos detalles.
·         Cuando vives en un estado constante de maltrato y no piensas que sea un problema o no percibes los insultos como maltrato, o si buscas intencionalmente alterarlo para que te agreda, entonces ambos han desarrollado una conducta patológica de la cual no será nada fácil liberarse sin ayuda profesional, en otras palabras y para que suene más claro, están enfermos, busquen el mejor profesional posible y además busquen el apoyo de sus amigos de mayor confianza.
·         El maltrato no es sólo hacia ti, al permitirle maltratarte también él maltrata su dignidad de ser humano, consentirle un golpe o un insulto es colaborar a que esa persona que dices amar se haga cada día peor de lo que es, no lo ayudas a crecer como ser humano, todo lo contrario lo humillas y permites con tu pasividad que se envilezca; por tanto ayúdalo de la mejor manera posible a salir de este círculo.
·         Permanecer indiferentes al maltrato ajeno es ser cómplices de ello.
Una relación debe contribuir a hacernos mejores personas, termine o no, la idea es aprovechar la experiencia y aprender de ella; permitir el maltrato no contribuye en nada a ello, si decimos amar a una persona primero debemos amarnos a nosotros mismos; no podemos dejar que se envilezca por culpa de nuestra inacción.