sábado, 6 de marzo de 2010

Mi enamorado no es muy bueno en la cama



-Mi enamorado no es muy bueno en la cama- me contaba una amiga hace tiempo atrás, -bueno siendo honesta simplemente no es bueno, ¡bueno ya! es monse-. Esto es un asunto grave, pues acarrea una serie de consecuencias que hacen muy pesada la vida en pareja, muchas conocidas sobrellevan la situación de manera diferente, X prefiere trabajar compulsivamente para llegar a su casa agotada y sin ánimos de sexo, sea este bueno, regular o malo, Y prefiere hacerse justicia con su propia mano y aprovechar los momentos de soledad para darse gusto ella solita, mi querida Z satisface a su enamorado pero además prefiere tener un amante que compense las deficiencias del mismo; en cada caso la hipótesis es la misma, mirar para otro lado y negar el problema y dejarlo que siga creciendo hasta correr el serio peligro de que destruya nuestra relación tarde o temprano. Sin embargo lo que más llama la atención es el ¿Por qué seguir con esa persona si no te satisface? Y si aún así quieres seguir con él; ¿porqué negar el problema?, ¿porque callar? Repito algunas razones que llegaron a mí; la primera en importancia me parece es proteger a la pareja, no hacerlo sentir mal, especialmente porque los hombres viven obsesionados con su performance sexual y soltarles sin la menor dosis de xilocaina la verdad completa puede acarrearles efectos postraumáticos e incrementar los problemas; además porque a las mujeres les han enseñado desde siempre que el sexo es malo y que no es importante cuando hay amor, que no debe ser lo sustancial en la pareja, que es cosa de enfermos obsesionarse con el placer sexual. Pero lo cierto es esta pseudo hipótesis sólo funciona cuando es la pareja, osea ambos, osea los dos, le dan el mismo valor a la satisfacción sexual, exactamente el mismo valor, pero si ambos tienen valoraciones diferentes la cosa irá de mal en peor.
Otra razón para callar es evitar que el macho perulero les salga con que son unas reverendas putas y proceda inmediatamente el interrogatorio de ¿Con cuántos has estado? ¿Qué te hacían ellos?, nunca pensé que fueras ese tipo de chica; y una larga lista de etcéteras.
Por último están las “pentecostales”, las que piensan que, así como el espíritu santo descendió sobre los apóstoles y los colmó e virtudes; así también esperan el cambio milagroso de sus parejas de mimosos y tímidos gatitos perezosos a fieros tigres salvajes.
Creo que anteriormente comentaba lo terriblemente atroz resulta tener una pareja apetitosa desnuda sobre la cama, despertando todo nuestro deseo, lujuria y pasión, pero al lanzarnos al ataque resulta que no llega a colmar nuestras expectativas, queremos hacerle mil y una cosas, devorar su piel, juguetear, darle placer y darnos muchísimo más gozándola y haciéndola gozar, pero eso por diferentes razones no ocurre, sin embargo ahí sigue, tan desnuda y sensual como al inicio, y mientras más se repite la situación, más aumenta nuestra frustración y menos apetitosa se hace nuestra pareja. ¿Qué hacer entonces? ¿Llamar al chapulín colorado? (seguro que es peor amante así que mejor no).
Lo primero es (como todos saben), aceptar que existe un problema, definir sus dimensiones, en que medida nos afecta y afecta la imagen que tenemos de nuestro enamorado, pero además debemos centrarnos en conductas específicas, conductas que queremos mejorar, cambiar o eliminar; pensar en general no ayuda en absoluto, pensar en cómo nos sentimos tampoco.
Segundo, la forma de decírselo. Tal vez la mejor manera de decírselo es simplemente indicándole que debe hacer, como quieres que lo haga y esperar a que lo tome como una iniciativa interesante. No hay formulas, cada hombre es diferente, mientras más prejuicioso menos colaborador. Podrías proponerle simplemente intentar algo nuevo que viste o leíste, muchísimo mejor si lo vieron o leyeron juntos, así evitamos suspicacias machistas. No se trata de decirle que esta haciendo algo mal, sino más bien sugerirle algo que podría ser mucho mejor y que estas segura que él podría hacerlo muchísimo mejor que cualquiera. Recuerda, sólo una conducta a la vez hasta que la domine. Una estrategia interesante es utilizar un mediador, puede ser está una persona real, un o una amiga de confianza que sepas que le podría hacer sugerencias y que él entendería; o ser una persona virtual, una persona de internet a quien agregas en una conversación con tu pareja, ella por supuesto vive en europa o EEUU y no tiene posibilidades de venir a Perú por lo tanto tampoco hay posibilidades de que se conozcan personalmente, chatear con él y acercarte como una confidente, tocar el tema sexual  y sugerirle que practique con su pareja, osea tu, lo que tanto anhelas; como siempre una conducta a la vez.
Por último, refuerza sus logros. Cada vez que haga algo que te gusta gime más, dile cosas que le gusta escuchar, exagera un poquito y pídele que lo repita, si fue iniciativa de él aliéntalo a que continúe experimentando con más cosas y aprovecha para tocar el tema sexual y que otras cosas podrían hacer para hacerlo más entretenido y placentero.
Mantener una relación satisfactoria demanda a veces de un esfuerzo mayor al esperado, así que es muy importante saber si se está dispuesto a hacerlo; si tu respuesta es sí, entonces ponle ganas, muchas ganas y sobre todo creatividad y astucia; busca siempre, digo SIEMPRE, que el esfuerzo sea mutuo, sólo se valora lo que nos cuesta trabajo y sacrificio; aprende también cuando detenerte. Así como es importante entregarte por completo a mejorar tu relación, también es vital y muy saludable para ti (hombre o mujer) saber cuando detenerte, saber cuando las cosas ya no van para más y no perseguir tercamente un ideal sin sentido, de hacerlo podríamos terminar muy lastimados y emocionalmente desgastados, recuperarnos nos demandaría un tiempo tal vez demasiado largo.