-Ya no quiero volver a tirar contigo.
-¿Por qué?
-porque estoy saliendo con alguien.
-entonces estas con enamorado.
-no, estamos en proceso.
-en prosexo.
-no, nos estamos conociendo primero, pero estamos en proceso de ser enamorados.
-creí que lo conocías desde el colegio.
-así es, pero dejamos de vernos varios años; fue mi primer enamorado en el colegio.
-pero, ¿están tirando o no?
-sí.
-Pero no son enamorados y se están conociendo, ¿correcto?
-sí.
En ese momento no pude evitar soltar una sincera carcajada frente a ****. No entiendo porque la necesidad; generalmente femenina; de justificar nuestra conducta sexual bajo el impoluto manto del amor, algo parecido o aproximado a: -tengo sexo con él, sí; pero eso es porque estamos pensando en ser enamorados; además recién nos estamos conociendo. ¿Qué clase de razonamiento absurdo, primitivo e infantil es ese?
-¿Por qué?
-porque estoy saliendo con alguien.
-entonces estas con enamorado.
-no, estamos en proceso.
-en prosexo.
-no, nos estamos conociendo primero, pero estamos en proceso de ser enamorados.
-creí que lo conocías desde el colegio.
-así es, pero dejamos de vernos varios años; fue mi primer enamorado en el colegio.
-pero, ¿están tirando o no?
-sí.
-Pero no son enamorados y se están conociendo, ¿correcto?
-sí.
En ese momento no pude evitar soltar una sincera carcajada frente a ****. No entiendo porque la necesidad; generalmente femenina; de justificar nuestra conducta sexual bajo el impoluto manto del amor, algo parecido o aproximado a: -tengo sexo con él, sí; pero eso es porque estamos pensando en ser enamorados; además recién nos estamos conociendo. ¿Qué clase de razonamiento absurdo, primitivo e infantil es ese?
El alegato común es la falta de conocimiento de la otra persona, pero ¿qué esperamos realmente conocer de esa otra persona?, ¿tenemos definidas aquellas características que son importantes para nosotros y que constituyen la basé de una relación exitosa? En otras palabras ¿sabes que quieres conocer de esa persona?
Dejemos en claro que la atracción y el amor son sentimientos, fenómenos multidimensionales, cuyas causas son casi imposibles de definir, amamos a las personas no por “algo” en particular, sino por muchos elementos, intrínsecos, extrínsecos, tanto de una parte como de la otra, personales y ambientales. Determinar la razón por la que amamos a alguien es imposible, generalmente cuando nos preguntan al respecto mencionamos aquellas cosas que valoramos de ella y que cuentan con la aprobación general, pero en sí sólo constituyen un pálido reflejo –a veces distorsionado- de las causas reales. Primero el sentimiento, luego el argumento. La atracción por alguna persona nace en el primer impacto sensorial, cuando este es demasiado intenso los llaman amor a primera vista; pero esta atracción que en un inicio puede ser pequeña, puede incrementarse enormemente con el paso del tiempo; haciéndose más fuerte y terminando en enamoramiento; rarísimo es el caso donde una persona que nunca nos atrajo al inicio, sea tiempo después fuente de una atracción sincera y fuerte (y con sincera quiero decir básicamente “no económica”). Si la atracción existe y es mutua, ¿porque no seguir al siguiente nivel y empezar una relación como enamorados?, ¿Por qué tiene que haber sexo primero antes de empezar una relación formal cuando el supuesto objetivo es llegar a ser enamorados? El enamoramiento es básicamente una etapa de descubrimiento, lo que hallemos ahí nos animará a ascender al siguiente nivel, noviazgo; y si este paso también marcha bien terminaremos disfrutando de los placeres del himeneo o matrimonio. Entonces ¿porque ese afán de dilatar ese paso? Sin embargo no tengo mayor empacho en acceder a tener sexo con mi “enamorado en proyecto”, de esto sólo puedo deducir dos causas, miedo o pendejada (1); definitivamente la segunda me parece más convincente que la primera.
El amor es un sentimiento que brota espontáneamente, no nos programamos para amar a tal o cual persona, simplemente sucede, las posibilidades se incrementan si a la persona la vemos constantemente y por periodos relativamente largos.
Pero ¿qué significa exactamente la relación de “estamos saliendo”?: compañía, salidas, diversión, pero sobre todo la posibilidad de tener sexo; en la práctica es casi una relación de enamorados pero sin estar enamorados y con la posibilidad de salir con otras personas sin tener que dar demasiadas explicaciones. Con el tiempo es enormemente probable que uno de los dos termine enamorado de la otra persona. Si esto ocurre y no es correspondida, la otra parte se puede sacudir fácilmente del contratiempo argumentando que no son enamorados, que sólo están saliendo; obvio, no hay ningún compromiso, sólo salidas y sexo, algo bastante light. Al final alguno de los dos terminará triste y dolido o como se suele decir “con el corazón roto”, aquello de lo que tanto nos cuidamos en evitar y la razón por la que quisimos tener una relación “estamos saliendo” terminó por ser una realidad inevitable que nos hace sufrir; el mismo drama hubiéramos pasado si la relación hubiese sido de enamorados; pero según los defensores del “estamos saliendo” duele menos así, ya que no se involucran sentimientos; dudo mucho que eso sea verdad pues al rechazo hay que sumarle la frustración de no poder hacer nada más que darle la completa razón.
“Estamos saliendo (para ser enamorados)” es por lo general una pendejada; “estamos saliendo” casi siempre involucra sexo, pero sin el engorroso protocolo de presentarlo(a) como nuestro(a) enamorado(a) limitando así nuestras posibilidades de encontrar otra pareja mejor, con lo que la persona con quien “estamos saliendo” encajaría perfectamente con la cantinflesca frase “más merezco contigo me conformo”, aunque para ser más precisos habría que añadirle un profético “por el momento”; pero además nos evitamos participar en embarazosas y comprometedoras reuniones familiares o de grupos de amigos, estar presente en los cumpleaños, darles un obsequio, festejar aniversarios y demás compromisos, si la chica con la que “estoy saliendo” está de cumpleaños y quiere verme, bastará un “estoy ocupado” para tener el día libre y que no me insista, pero si fuera mi enamorada no me quedaría más remedio que verla al menos un momento para saludarla; y, si estoy ocupado realmente, el compromiso de la relación me obligaría a dar detallada cuenta de mis ocupaciones y probar realmente mi situación.
En si este tipo de relaciones no son malas, pero hay que determinar algunas reglas a seguir y sobre todo definir honestamente que se pretende, no necesitamos engañarnos ni engañar a otros para satisfacer nuestras necesidades, afectivas, emocionales, sexuales; no debemos crearnos ni crear falsas expectativas, si la relación termina en romance y noviazgo será de manera natural, espontanea, no planificada ni forzada. Podemos considerar estos tres puntos para evaluar o guiar nuestra relación “estamos saliendo”:
1.- Seamos honestos en todo momento, si sentimos que nuestros sentimientos están desbordando y estamos enamorados, no lo callemos, expongamos estos sentimientos a la otra parte, así podremos saber si el sentimiento es mutuo y evaluaremos las posibilidades (en base a la conducta no en las palabras) de que nuestros deseos se concreten o terminar la relación evitando problemas mayores.
2.- Si se supone que es para conocer a la persona, determinemos aquello que queremos saber de esta, que características pueden ser decisivas y cuáles no, y enfoquémonos a hallarlas en él o ella.
3.- Fijemos un plazo para obtener la información anterior, un hito en el tiempo donde deberemos tomar la decisión sobre el rumbo que deberá seguir la relación, que básicamente son tres, terminarla, mantenerla pero sólo como amantes o, formalizarla.
4.- Determinemos objetivamente si hay una correspondencia de sentimientos entre ambas partes, si nos ama o no; eso lo podemos deducir no de sus palabras, sólo de su conducta, si nos busca, se esfuerza por hacernos sentir cómodos, se interesa por nuestras cosas, recuerda detalles personales nuestros, se da un tiempo para vernos en las fechas importantes sin importar lo que tenga que hacer, etc.
No tenemos porque mentirnos a nosotros mismos, ni a nadie, la vida es en sí complicada como para tratar de hacérnosla aun más complicada; ser honesto es señal de respeto hacia la otra persona, le damos la oportunidad de tomar una decisión con conocimiento de causa; nosotros mismos no debemos dejarnos llevar por los sentimientos y emociones que suelen enceguecernos, sólo así tomaremos decisiones correctas. Cómo evolucionen las cosas, eso es algo que eventualmente puede escapar a nuestras proyecciones pero siempre tendremos la decisión final.
(1) Utilizo este término pues dibuja con mayor precisión la intención de sacar provecho de una situación sin pagar las consecuencias, el uso vulgar de la palabra incrementa mejor su aplicabilidad al caso dado que la estrategia que describo es de una hipocresía bastante vulgar.
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