Amar es cosa de valientes y más cuando se trata de una
relación de pareja, ya que cuando ésta es sana implica compromiso y
sacrificios; lo cual conlleva también riesgos, especialmente emocionales. Tener
enamorad@ o novi@ significa tener intimidad y apego hacia esa persona y sufrir
con ella, puesto que si amas sufrirás, tarde o temprano, no hay amor sin
sufrimiento, sufres porque no se ven, sufres porque no responde un mail a
tiempo, sufres porque no reacciona como tu desearías, sufres porque no se
acordó de su aniversario, sufres porque está enferm@, sufres porque está
triste, sufres porque se alejan y por supuesto cuando la relación termina; no
mencionaré la infidelidad o la traición porque esto no es un sufrir propio de
una relación sana, es un dolor que hiere y lesiona en lo profundo de ambas
partes, tanto una como la otra terminan haciéndose mucho daño.
Las nuevas generaciones no entienden el riesgo de amar,
prefieren un “agarre fijo” o un “amigos con derechos” antes que presentarse
como novios o enamorados; las nuevas formas de relación empiezan con un “estamos
saliendo” muchas de esas salidas significan sexo de por medio y no sólo “estar
saliendo”, por el contrario, parecería que se tratara de un “estamos entrando”;
esta es una manera de mantener a raya el miedo al compromiso y más aún al
fracaso amoroso; salidas, sexo, diversión, baile, viajes, lo que sea menos amor
e involucrarse en la vida del otro y permitirle a la otra persona involucrarse
en la nuestra; se comparte una noche de juerga, pero no intimidad, no sueños ni
ilusiones, por eso es común que este tipo de relaciones se mantengan alejadas
de nuestro círculo íntimo de amistades; muchas veces por que damos por hecho el
que no va a funcionar, así que para que lo presento como mi enamorad@ si a la larga
las cosas acabaran, y efectivamente terminan puesto que nunca se hizo lo
necesario por fortalecer la relación.
Amar es arriesgarse, arriesgarse a mostrar nuestros
sentimientos ante los demás, mostrar que efectivamente estamos comprometidos
con ellos, hacer locuras, exponerte y que los demás lo sepan, hacerlo público;
no existe el “roche” o la vergüenza cuando uno quiere estar con una persona,
las cosas que hace están más allá del que dirán, la opinión pública y más aún
la imagen personal, quedan de lado, sólo nos concentramos en la otra persona y
damos lo mejor de nosotros, nos entregamos sin reservas ni recelos, mucho menos
vergüenzas. Es la única manera de ser congruentes con lo que sentimos, con lo
que anhelamos, así nunca perdemos, pues si nos rechazan sólo será por dos
razones, o bien porque no hay un amor correspondido, lo cual está bien pues el
amor nace, no es una obligación; o simplemente la persona siente amor, pero su
inmadurez es más grande lo que nos libra de tener que soportar a alguien
inseguro, complicado y peor aún, voluble.
Si quieres a alguien en tu vida que valga la pena, asegúrate
que sea valiente, que no tema al compromiso, que esté dispuesta a todo por
conquistar tu amor o por mantenerlo vivo, no sus dudas no sean más fuertes que
su cariño y sobre todo que no tema aceptar públicamente que te ama, mucho menos
que no quiera lucirte a su lado o prefiera una relación más “discreta”, sólo en
una persona fuerte, valiente, audaz, que sabe lo que quiere y va por ello
puedes encontrar un amor real y sincero, que no te lastime ni traicione;
complicado y difícil, pero no imposible.
Pero si tú mism@ no estás dispuest@ a arriesgarte por lo que
amas entonces aléjate y no des más problemas, madura por tu cuenta, sin complicarle
la vida a nadie, mucho menos lastimando a personas que si tienen el valor para
amar sanamente.
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