Cuando empezaron a salir todo era felicidad, él era muy cortés, servicial, atento, se interesaba en llamarte casi a diario para simplemente saludarte, cuando lo aceptaste la cosa no tuvo mayores cambios, el sexo era genial, después se llamaban en las noches como si no se hubiesen visto ese día, había detalles, sonrisas, salidas frecuentes, noches de baile o entretenimiento, el cine, los dulces, las cenas en lugares interesantes.
Unas semanas después las cortesías y atenciones disminuyeron, las llamadas también, los pretextos aumentaron, las salidas se postergaron y el cine se convirtió en el dvd pirata de sábado por la noche; lo único que se mantuvo fue el sexo, incluso la frecuencia aumentó tanto como los pretextos.
Cuando eso ocurre no hay nada que hacer, no le interesas, es hora de empaquetar los sentimientos, izar la dignidad y seguir rumbo norte. Claro que lo cierto es que pudiste ahorrarte el drama si simplemente lo hubieras sabido desde el principio, si te hubieras dado cuenta a tiempo de que en realidad no quería nada serio contigo, sólo algo de sexo o diversión o compañía, pero que, por convencionalismos y prejuicios sociales terminaron siendo enamorados, sea para que ella seda más rápido la entrepierna o para que él no piense que eres una puta.
Las relaciones no siguen un curso estándar, pretender que hay un modelo único es tan absurdo como pensar que todos los seres humanos somos iguales y pensamos igual; cada relación tiene una historia diferente, de inicio a fin, relaciones que empiezan como simples amigos cariñosos terminan en el más feliz de los matrimonios o simplemente se separan para seguir sus propios rumbos, las parejas más formales a veces son también las más infieles, no hay normas, el peor error es evaluar nuestra relación en función de la experiencia de los demás. Pero lo más importante en ellas y en realidad en todo acto humano es la sinceridad, decir claramente lo que queremos y esperamos de la relación; así evitamos tensiones y le permitimos a la otra persona tomar una mejor decisión. Esto es lo ideal, pero no siempre ocurre, las razones no son para nada importantes pues son demasiadas, desde las más comprensibles (pero no necesariamente justificables), hasta las más absurdas y descabelladas. Lo único que nos queda para saber si nos dicen la verdad o no es determinar qué tanta consistencia hay entre lo que dice y lo que hace.
Existen ciertas conductas que pueden revelar cuando tu pareja está dando un giro más serio o profundo a la relación y que tan en serio la toma.
Para empezar entre el periodo de cortejo al de enamorados no debe existir cambios negativos, por el contrario es usual que en las primeras etapas de una relación formal exista muchas más emociones positivas, más interés por pasar tiempo juntos y mantener el mayor contacto posible, además de mayor interés sexual; si los cambios son inversos, es decir, lejos de buscar contacto, buscan “espacio” para él mismo, entonces se puede deducir que el interés está bajando o nunca lo hubo. Pretextos comunes son el trabajo, los estudios y algún otro tipo de responsabilidad aparente que pueda ser útil para justificar el desinterés; pero si no ha habido cambios realmente importante es su vida estos probablemente sean mentiras. Aun con problemas y estrés las personas buscan algo o a alguien que las calme, que les brinde emociones positivas, quien mejor que la pareja y más aún si es el inicio de la relación; esto significa que sin importar que tantas responsabilidades tenga a cuesta, igual mantendrá el contacto, al menos en llamadas breves.
Cada miembro de la pareja tiene círculos sociales, amigos, amigo íntimo y mejores amigos; cuando existe un sentimiento de orgullo por la pareja es de esperar que busque presentarla a cada uno de estos círculos. Contrario a lo que se podría pensar, no son sus o su mejor amig@ a quien tiene que presentar para saber que somos importantes, pues son estos amig@s quien conocen mejor a nuestra pareja, sus defectos y virtudes; también son los mejores amigos quienes suelen ser cómplices de nuestras travesuras y otras faltas. Son los amigos del trabajo, del barrio, de la universidad, lo que suelen ser más críticos con nosotros y que, por la diversidad de opiniones y valores, pueden ser menos condescendientes para delatar nuestras faltas; además de ser quienes más chismes generan así como la incomodidad ante estos. Ergo, el hecho de presentarnos antes sus amigos, llevarnos a las reuniones con sus grupos sociales y hacernos partícipes de sus salidas, será un buen indicador de que: 1.- nuestra pareja se siente orgullosa de estar con nosotros. 2.- Desea que estemos presentes en los diferentes aspectos de su vida y que nos integremos a ellos, en un nosotros.
La familia es un aspecto muy importante dentro de la relación, presentarte ante sus padres como su enamorado es, por lo general, un hito muy importante en la relación, implica un compromiso mayor, además genera expectativas y permite la influencia de la familia en la relación.
Por último está la cotidianeidad como fuente de información, el trato diario, la deferencia que tiene hacia ti, como te da prioridad en su vida, ojo que priorizarte no implica que todo su mundo gire en torno a ti, hacer eso es estar a un paso de la obsesión y las relaciones enfermizas; otro rasgo importante de la cotidianeidad es como se pasea a tu lado, como se luce contigo en diferentes ambientes, darte la sensación que se siente orgulloso de caminar contigo a tu lado. Otra actitud en su trato es las bromas, estas deben estar orientadas a lo que haces o dices, jamás a lo que eres, tampoco deben ser recurrentes e hirientes, las bromas constantes, especialmente a lo que eres, implica que no sólo no te toma en serio, sino que te considera demasiado inferior con respecto a si mismo. Es necesario también que cumpla con lo que ofrece, eso no sólo se refiere a su seriedad como pareja sino a su seriedad y compromiso como ser humano y que se puede extrapolar a diferentes aspectos de su vida.
Pueden existir más indicadores, puedes llenar toda una hoja, pero ten en cuenta que la confianza es capital en la relación, se tiene que empezar siempre con ese principio y no con un afán de evaluación constante y obsesivo que sólo contribuye a crear tensiones, no se debe esperar a que ambos estén listos al mismo tiempo para dar el siguiente paso, no existe un cronograma que indique algo como “al 2º mes debe presentarme a sus amigos “, “al 6º mes me deberá presentar a su familia”; cada quien tiene su ritmo, hay que ser paciente en ocasiones, pero sin exagerar y comunicando siempre nuestros sentimientos y expectativas.
El mejor indicador es nuestro bienestar, nuestra felicidad, si nos sentimos bien al lado de nuestra pareja entonces todo estará bien, significa que la relación avanza a un ritmo que nos llena y satisface, si no nos sentimos bien entonces es momento de comunicar nuestras inquietudes a nuestra pareja y luego evaluar nosotros mismos la relación en base a conductas como las que acabamos de mencionar, si la evaluación costo-beneficio resulta negativa, entonces tal vez sea momento de alejarnos de aquello que nos hace mal.