lunes, 31 de enero de 2011

Va en serio

Cuando empezaron a salir todo era felicidad, él era muy cortés, servicial, atento, se interesaba en llamarte casi a diario para simplemente saludarte, cuando lo aceptaste la cosa no tuvo mayores cambios, el sexo era genial, después se llamaban en las noches como si no se hubiesen visto ese día, había detalles, sonrisas, salidas frecuentes, noches de baile o entretenimiento, el cine, los dulces, las cenas en lugares interesantes.
Unas semanas después las cortesías y atenciones disminuyeron, las llamadas también, los pretextos aumentaron, las salidas se postergaron y el cine se convirtió en el dvd pirata de sábado por la noche;  lo único que se mantuvo fue el sexo, incluso la frecuencia aumentó tanto como los pretextos.
Cuando eso ocurre no hay nada que hacer, no le interesas, es hora de empaquetar los sentimientos, izar la dignidad y seguir rumbo norte. Claro que lo cierto es que pudiste ahorrarte el drama si simplemente lo hubieras sabido desde el principio, si te hubieras dado cuenta a tiempo de que en realidad no quería nada serio contigo, sólo algo de sexo o diversión o compañía, pero que, por convencionalismos y prejuicios sociales terminaron siendo enamorados, sea para que ella seda más rápido la entrepierna o para que él no piense que eres una puta. 
Las relaciones no siguen un curso estándar, pretender que hay un modelo único es tan absurdo como pensar que todos los seres humanos somos iguales y pensamos igual; cada relación tiene una historia diferente, de inicio a fin, relaciones que empiezan como simples amigos cariñosos terminan en el más feliz de los matrimonios o simplemente se separan para seguir sus propios rumbos, las parejas más formales a veces son también las más infieles, no hay normas, el peor error es evaluar nuestra relación en función de la experiencia de los demás. Pero lo más importante en ellas y en realidad en todo acto humano es la sinceridad, decir claramente lo que queremos y esperamos de la relación; así evitamos tensiones y le permitimos a la otra persona tomar una mejor decisión. Esto es lo ideal, pero no siempre ocurre, las razones no son para nada importantes pues son demasiadas, desde las más comprensibles  (pero no necesariamente justificables), hasta las más absurdas y descabelladas. Lo único que nos queda para saber si nos dicen la verdad o no es determinar qué tanta consistencia hay entre lo que dice y lo que hace.
Existen ciertas conductas que pueden revelar cuando tu pareja está dando un giro más serio o profundo a la relación y que tan en serio la toma.
Para empezar entre el periodo de cortejo al de enamorados no debe existir cambios negativos, por el contrario es usual que en las primeras etapas de una relación formal exista muchas más emociones positivas, más interés por pasar tiempo juntos y mantener el mayor contacto posible, además de mayor interés sexual; si los cambios son inversos, es decir, lejos de buscar contacto, buscan “espacio” para él mismo, entonces se puede deducir que el interés está bajando o nunca lo hubo. Pretextos comunes son el trabajo, los estudios y algún otro tipo de responsabilidad aparente que pueda ser útil para justificar el desinterés; pero si no ha habido cambios realmente importante es su vida estos probablemente sean mentiras. Aun con problemas y estrés las personas buscan algo o a alguien que las calme, que les brinde emociones positivas, quien mejor que la pareja y más aún si es el inicio de la relación; esto significa que sin importar que tantas responsabilidades tenga a cuesta, igual mantendrá el contacto, al menos en llamadas breves.
Cada miembro de la pareja tiene círculos sociales, amigos, amigo íntimo y mejores amigos; cuando existe un sentimiento de orgullo por la pareja es de esperar que busque presentarla a cada uno de estos círculos. Contrario a lo que se podría pensar, no son sus o su mejor amig@ a quien tiene que presentar para saber que somos importantes, pues son estos amig@s quien conocen mejor a nuestra pareja, sus defectos y virtudes; también son los mejores amigos quienes suelen ser cómplices de nuestras travesuras y otras faltas. Son los amigos del trabajo, del barrio, de la universidad, lo que suelen ser más críticos con nosotros y que, por la diversidad de opiniones y valores, pueden ser menos condescendientes para delatar nuestras faltas; además de ser quienes más chismes generan así como la incomodidad ante estos. Ergo, el hecho de presentarnos antes sus amigos, llevarnos a las reuniones con sus grupos sociales y hacernos partícipes de sus salidas, será un buen indicador de que: 1.- nuestra pareja se siente orgullosa de estar con nosotros. 2.- Desea que estemos presentes en los diferentes aspectos de su vida y que nos integremos a ellos, en un nosotros.
La familia es un aspecto muy importante dentro de la relación, presentarte ante sus padres como su enamorado es, por lo general, un hito muy importante en la relación, implica un compromiso mayor, además genera expectativas y permite la influencia de la familia en la relación.
Por último está la cotidianeidad como fuente de información, el trato diario, la deferencia que tiene hacia ti, como te da prioridad en su vida, ojo que priorizarte no implica que todo su mundo gire en torno a ti, hacer eso es estar a un paso de la obsesión y las relaciones enfermizas; otro rasgo importante de la cotidianeidad es como se pasea a tu lado, como se luce contigo en diferentes ambientes, darte la sensación que se siente orgulloso de caminar contigo a tu lado. Otra actitud en su trato es las bromas, estas deben estar orientadas a lo que haces o dices, jamás a lo que eres, tampoco deben ser recurrentes e hirientes, las bromas constantes, especialmente a lo que eres, implica que no sólo no te toma en serio, sino que te considera demasiado inferior con respecto a si mismo. Es necesario también que cumpla con lo que ofrece, eso no sólo se refiere a su seriedad como pareja sino a su seriedad y compromiso como ser humano y que se puede extrapolar a diferentes aspectos de su vida.
Pueden existir más indicadores, puedes llenar toda una hoja, pero ten en cuenta que la confianza es capital en la relación, se tiene que empezar siempre con ese principio y no con un afán de evaluación constante y obsesivo que sólo contribuye a crear tensiones, no se debe esperar a que ambos estén listos al mismo tiempo para dar el siguiente paso, no existe un cronograma que indique algo como “al 2º mes debe presentarme a sus amigos “, “al 6º mes me deberá presentar a su familia”; cada quien tiene su ritmo, hay que ser paciente en ocasiones, pero sin exagerar y comunicando siempre nuestros sentimientos y expectativas.
El mejor indicador es nuestro bienestar, nuestra felicidad, si nos sentimos bien al lado de nuestra pareja entonces todo estará bien, significa que la relación avanza a un ritmo que nos llena y satisface, si no nos sentimos bien entonces es momento de comunicar nuestras inquietudes a nuestra pareja y luego evaluar nosotros mismos la relación en base a conductas como las que acabamos de mencionar, si la evaluación costo-beneficio resulta negativa, entonces tal vez sea momento de alejarnos de aquello que nos hace mal.

jueves, 27 de enero de 2011

A los 30


Carol tiene 31 años, trabaja como oficinista, nada que resaltar de su físico, no tiene pareja, las parejas que ha tenido nunca han sido una buena elección; actualmente sólo se divierte con uno que otro  amigo con quien calma su ansiedad sexual cuando está aparece; sigue comportándose como siempre, saliendo a fiestas con amigos del trabajo, a algún antro donde pueda bailar y tomar, teniendo flirteos con uno u otro; eventualmente se queja de que no la toman en serio, quiere tener una pareja formal, que sea guapo, profesional y emprendedor, además de culto y cariñoso, pero en general se la pasa bien divirtiéndose y evadiendo pensar en que los años pasan y no se está haciendo más jovén.
Daniela tiene también 31, ella es una brillante contadora, trabaja para una institución bastante grande y además está formando su propia consultora, es inteligente, simpática y divertida, es un tanto gorda, pero con una bella sonrisa; no le gusta el sexo casual, prefiere las relaciones formales, sin embargo sabe que los años pasan y que la edad no la ayuda, la hace menos atractiva y teme que día a día se aleja de la posibilidad de tener con quien compartir su vida; si bien esto le entristece, ella no se queja, es consciente de que no desea aventuras pasajeras y se mantiene firme en su decisión.
Claudia tiene 33 años, diariamente se levanta muy temprano y va a entrenar a un gimnasio cerca a su casa, regresa y después de desayunar sale al instituto de salud donde trabaja en un cargo ejecutivo; hace un par de años empezó una pequeña empresa de servicios médicos, ahora está a punto de renunciar a su trabajo para dedicarse de lleno a su empresa; no tiene enamorado, tiene un amigo en particular con quien comparten sexo, diversión y también apoyo, no quiere involucrarse más pues así se siente libre y eso le gusta. No descarta la idea de una pareja estable, pero si él no es el adecuado, prefiere quedarse sola, este año empezará a hacerse unos análisis para ver si es posible que tenga un hijo saludable, de ser así buscará un buen candidato y lo tendrá ella sola, pues tiene bien en claro que no compartirá su vida con alguien que no esté a la altura de sus expectativas.
Tres casos y tres formas de enfrentar el paso de los años, las arrugas, lo poco atractivas que se sienten las mujeres a cierta edad.  
Envejecer es inevitable, pero podemos enfrentarlo con dignidad, viviendo plenamente cada etapa de nuestras vidas y aceptando maduramente pasar a la siguiente sin aferrarse a la anterior por más divertida y dichosa que está sea. Mantener un comportamiento perteneciente a una etapa anterior es sinónimo de inmadurez y un rasgo peligroso pues garantizará la infelicidad a futuro.
Hay un punto en el cual la mayoría de mujeres se centra y es en el hecho de encontrar pareja, muchas se sienten angustiadas ante la posibilidad de quedarse solas, tanta es la angustia que muchas veces toman decisiones apresuradas y terriblemente erróneas al elegir a cualquier patán como esposo con tal de casarse o formar una familia. El terror a envejecer en soledad las confunde y están dispuestas a soportarlo todo con tal de tener un hombre a su lado, otras por el contrario, como en el primer caso, prefieren evadir su realidad hasta que se despiertan un día con 40 años a cuestas y sin nadie que las tome en serio, y con cada vez menos hombres que estén dispuestos a tener sexo con ellas, porque, eso sí, el sexo es lo más fácil de conseguir, lo verdaderamente complicado es que consideren pasar el resto de su vida a tu lado.
Si eres una mujer mayor de 30 años que están en búsqueda de su media naranja deberías entender que tú no eres la mitad de una naranja buscando su otra mitad, a ti te hicieron entera, no a medias, no eres la parte ni el complemento de nadie, ni mucho menos, tu felicidad está basada en otra persona, tu felicidad está exclusivamente en ti y si no logras ser feliz no deberías buscar pareja sin antes estar bien contigo misma, darte tiempo para crecer y desarrollarte, hacer planes por ti y para ti; dirigir tu vida y saber a ciencia cierta que tienes pleno control de ella, no te centres en encontrar a un hombre, céntrate en engreírte, quererte, vivir sanamente, tener metas y cumplirlas, definir quién eres y sobre todo que quieres de la vida e ir a por ello. ¿Y la pareja? Eso deberá ser un valor agregado, algo que llega, no necesariamente que se busque, pero cuando llegue estarás lista para darle lo mejor de ti y no elegir a cualquier tipo que no valga la pena, entonces podrás compartir la felicidad de ambos para crear algo nuevo, será no una media naranja pegada a otra media naranja, sino un par de naranjas enteras averiguando que tan buen jugo hacen juntas.

domingo, 9 de enero de 2011

Para atraer al ser amado

Llegó el nuevo año y más de una mujer me comentó su interés para hacer algún ritual que le garantice atraer (esta vez sí) al ser amado, algunas buscaron en internet otras en los infaltables programas de magazine que hay en la televisión; otras pocas me comentaron que este año no harían nada pues siempre lo hacían y nada pasaba. Creo que aún estoy a tiempo de dar algunos tips a mis amigas, algo más efectivos para atraer al ser amado.
Para empezar háganse una autoevaluación lo más objetivamente posible, evalúen tres aspectos básicos que a los hombres nos resultan bastante atractivos:
La estética, no se trata simplemente de una cara bonita o un cuerpo bien proporcionado, se trata de que tanto cultives lo mucho o poco que  tienes, hermosas curvas se deslucen cuando hay exagerada flacidez y abundante celulitis, el cuerpo puede ser formado con ejercicios; si bien no tienes mucha cadera, puedes aumentar el volumen de tus piernas y darte un aspecto más proporcionado, puede elegir un mejor maquillaje para resaltar mejor tus facciones, elegir adecuadamente la ropa que usas. Cuida la ropa que usas, combina adecuadamente cada prenda, si estas gorda, no uses polos ceñidos, menos aún pantalones que te queden demasiado ajustados, pero concéntrate en bajar todo lo que puedas de peso, no te resignes, si no hay problema hormonal de por medio, entonces puedes bajar de peso con algo de esfuerzo (dieta y ejercicios). En internet existen cientos de páginas donde puedes encontrar consejos útiles sobre el tema de la ropa, aquí tienes un par:
Pero no olvidemos que el ejercicio es fundamental, no sólo por la cuestión estética, la mejora en tu salud será inmensa si practicas deporte a diario, mejorarás tu sistema inmunológico, mejorarás tu carácter por la secreción de endorfinas, es un aspecto que no debes descuidar, matricúlate en un buen gimnasio o inscríbete en algún taller deportivo que te atraiga.
La sensualidad, este es tal vez el rasgo más impactante de una mujer, más de una vez me he cruzado con una mujer cuyo cuerpo no era voluptuoso, no tenía una figura impactante, pero el porte, la elegancia de su andar, la ropa que llevaba puesta y cierta gracia algo difícil de  explicar me hizo seguirla buen rato con la mirada. La sensualidad de una mujer radica en sus gestos, sus movimientos y su mirada, el resto es complementario. Cinco puntos a tener en cuenta: Primero la postura, siempre recta, jamás encorvada, los hombros hacia atrás, orgullosa de sí misma. Segundo el modo de caminar, elegante y sinuoso con un vaivén suave. Tercero los gestos, en especial los que haces con las manos y sobre todo con los labios. Cuarto el cabello, debe estar sedoso y brillante. Quinto la mirada, traviesa, retadora y expresiva. El momento en el que se despliega plenamente la sensualidad de la mujer es en el baile, así que es algo a tener presente. Recuerda que la sensualidad no es vulgaridad, no necesitas enseñar mucho, incluso no necesitas enseñar nada, no se trata de cuanta carne muestras, se trata de un estilo, prácticamente una forma de vivir, por ello debe ser natural, si no lo es, practicarlo tanto que se vuelva parte de tu naturaleza; la sensualidad es suave y discreta, se trata de dejar en el observador las ganas de pedir más y más, no dárselo todo de sopetón.
La simpatía, se trata de la capacidad de caerle bien a las personas, de que adoren estar a tu lado, eso implica que tan risueña eres y que tan tolerante, que tanto sabes escuchar y mantener una conversación interesante con los demás, que tanto aguanta las bromas y como las maneja, las opiniones que vierte y como lo hace, así como su alegría y capacidad de animar a los demás. Otra vez es un estilo de vida más que algo que se pueda aprender de un manual.
Pero, ¿dónde queda la inteligencia?, pues es cada una de estas variables, la inteligencia está definida como la capacidad de resolver problemas, por tanto estará presente en cada uno de estos elementos, al elegir la ropa y el maquillaje, al mirar con el grado adecuado de seducción a un hombre, al expresar tu opinión sobre un tema o dar un consejo, al pedir ayuda y consejo a las personas adecuadas para mejorar tu imagen.
Y ¿qué hay de los buenos sentimientos, el amor, tu “interior”? Pues son innegablemente importantes, lamentablemente los hombres no poseemos poderes telepáticos para leer mentes ajenas y saber lo que las personas piensan o sienten, les guste o no a la mayoría de hombres los impacta más lo visual, más que lo que nos puedan decir, eso no quiere decir que no valoremos lo demás, pero es precisamente lo visual lo que nos despierta el interés por conocer el resto.