domingo, 20 de junio de 2010
Besame Schumman
Veía a Ernesto Acher, ex integrante de Les Luthiers, interpretar el concierto para piano en La menor de Shumman alguno de cuyos compases coinciden con el bolero de Consuelo Velásquez: Bésame mucho y de cuya mezcla tenemos el nombre de la pieza que ejecuta Acher y que da nombre al post pues trata, para decepción de todos, no de Robert Schumman, sino del común arte de besar.
Besar es un acto tan común que pocas veces le prestamos la debida importancia, asumimos que lo hacemos adecuadamente, pero consideremos que si bien nadie se ha quejado, a veces por un acto de delicadeza diplomática, podrían mejorar las técnicas y hacer de esto una experiencias deliciosa y que resulte una invitación a nuestro compañer@ de ósculo a explorar e ir más allá. Diversas investigaciones indican que los labios son una de las zonas más sensibles del organismo y que el besar constantemente; y no me refiero a piquitos; trae grandes beneficios a la salud física y psicológica; baja el nivel de estrés, estimula el sistema inmunológico, ejercita tus músculos faciales por lo que los tonifica, libera adrenalina y endorfinas en la sangre, elimina las baterías, disminuye la ansiedad, eleva la autoestima, entre otros.
Mis primeras experiencias en este campo fueron con una chica algunos años mayor que yo, asumía que esta diferencia de edades le daba la experiencia necesaria para hacerlo bien y de paso enseñarme algunos truco, craso error, ella se limitaba a succionarme el labio inferior y eventualmente estirarlo; pueden deducir que la primera vez que hizo eso me dejó algo desconcertado, creí que se trataba de los jugueteos previos, pero al ver su rostro concentrado y abstraído en ello medí cuenta que no tenía la más remota idea de lo que estaba haciendo.
Pensado en ella se me ocurrió escribir sobre ello y dejar algunos consejillos prácticos para mejorar esta experiencia; para empezar consideremos tres elementos a analizar:
El sujeto
Los besos pueden darse de manera inesperada, por lo tanto siempre, es decir SIEMPRE, hay que estar preparados para uno; ello implica en primer lugar, tener un aliento fresco, agradable, nada más atroz que besar a alguien con halitosis o con el olor de lo que ha comido esa tarde en la boca, es terriblemente desagradable, más aún cuando es el primer beso entre ambos; por tanto nada cuesta llevar tu cepillito viajero y pasta dental contigo siempre, tampoco debe faltar pastillas para el aliento y algún caramelillo de emergencia que nos refresque la boca.
Mantén tus labios húmedo, pero no babosos, , lo mejor en el caso de las mujeres es usar un labial con humectante, nada cremoso o que sature, evita los labiales pastosos y de baja calidad, eso que dejan marca por donde van, basta con un poco de brillo; algo muy importante, mantente hidratado, cuando estas deshidratado el primero en evidenciarlo son tus labios, al ponerse resecos, así que consume al menos un par de litros de agua, sólo agua, no cuentan pinta tripas (gaseosas y refrescos).
Estar siempre limpios es importante, olor bien, la persona no sólo se acerca a tu boca sino a tu cuello, nada más agradable que toparse con un buen perfume o colonia, evita olores empalagosos, frutales o a incienso, si bien hay todo tipo de gustos, algunas más bizarros, lo cierto es que estos olores no son muy apreciados por la mayoría. La limpieza también está en el vestir, así que nunca salgas con ropas sucias, ni a la esquina, nunca sabrás con quien te puedes topar o quien te está observando. Si el beso le gustó tal vez se animen a besar otras partes aledañas como cuello u orejas, o acariciar el cabello, por eso es importante la limpieza y el buen olor.
Ahora el punto más importante, la actitud, debes ser seguro, resuelto, no dudar y estar listo a interpretar las señales para aprovecharlas, de lo contrario la experiencia resultará incómoda, por cierto un beso no se pide y menos con permiso, se toma, se arrebata, se roba.
El ambiente
Tú puedes crear el ambiente o este simplemente puede darse, lo importante es dejarte llevar si es que tú también lo deseas, si no evítalo. Si tu interés es promover la situación y predisponer a la persona para que ello ocurra, pues busca un lugar tranquilo, sin nadie alrededor, donde puedan hablar con clama, no seas demasiado romántico, eso evidenciará demasiado lo que se viene; la idea de besar por primera vez a alguien genera tensión y nada como la risa para disminuirla y dejar que las cosas fluyan con más naturalidad, así que mejor relájate, has algunas bromas, luego, empieza a recordar los mejores momentos que pasaron juntos, lo divertido que fue y veras como surge la oportunidad por sí misma.
La técnica
He aquí lo más complicado del asunto, saber manejar los labios con prudencia y sabiduría. Una señal para saber que hay predisposición es cuando ambos cuerpos se encuentran a menos de 50cm de distancia y se mantiene ahí o trata de acercase más, además mantiene su mirada atenta en ti, fija los ojos más de lo usual; pero si estando cerca te mira los labios entonces es hora de que tomes la iniciativa, es seguro que quiere besarte, así que no l@ hagas esperar más, da el siguiente paso.
Si es el primer beso empieza con calma y ve agarrando intensidad y pasión conforme avances.
Humedécete los labios ligeramente, no los empapes y no seas demasiado evidente al hacerlo.
Mantén los labios sueltos, no los aprietes ni trates de hacer alguna pirueta arriesgada o rara.
Juega con tus labios, entreábrelos, besa su labio inferior y luego el superior, agarra a ambos, luego aléjate; has que te persiga con su boca y vuelve al ataque.
Sólo existen dos maneras de besar, con suavidad y ternura o con pasión y determinación, no existen puntos medios. Elige una y de preferencia no trates de cambiar de modo.
Cada persona tiene un ritmo para besar, trata de adecuarte a su ritmo y luego ve, desde su propio ritmo, guiándol@ hacia el tuyo para lograr el equilibrio y que ambos lo disfruten.
No te quedes sólo en los labios, utiliza las manos, sujeta con firmeza y acaricia brazos y espalda, toma a tu pareja por detrás de la cabeza, acaricia sus cabellos y su nuca, desliza tu mano hacia su mejilla, regresa a sus cabellos y juega con ellos.
Usa la lengua con prudencia, no se te ocurra introducirla con violencia y profundamente o sacudirla adentro; imagina que fuera una viborilla tímida, tratando de explorar la madriguera de otra víbora; ingresa con cautela, roza su lengua, no la ataques, huye y regresa. Otra opción que puedes utilizar es pasar tu lengua por la parte interior de sus labios, por el lado de sus encías, tanto arriba como abajo.
Usa los diente para propinarle suaves mordiscos a sus labios.
Disfruta plenamente de sus labios, gózalos a plenitud, deléitate con ellos.
Si tu pareja no responde de la misma manera es probable que no lo esté disfrutando, baja la intensidad o regresa a la técnica anterior, si vez que no responde aún así, entonces mejor sepárate, abrázala y cambia de tema a algo divertido.
Evita besar con los ojos abiertos, pero cuando te separes para cambiar de posición entreábrelos para mira el rostro de tu pareja y fijarte la actitud que delata.
Sepárate con suavidad y jamás, ¡JAMÁS! Preguntes si le gustó; has un comentario de acorde a la situación.
Si algo definitivamente no te gustó díselo en otra ocasión y mejor aún si lo haces entre risas, pero no te quedes en la crítica, dale alternativas de cómo mejorarlo y dale también la oportunidad de que pueda opinar.
Desarrolla tu propio estilo, dejarás una marca difícil de olvidar cuando beses.
Si quieres que se quede pensando en ti durante mucho tiempo retírate después de besar, deja a tu pareja con el recuerdo de la pasión plasmada en ese beso.
Prueba cosas nuevas, por ejemplo, dale un toque de limón a tus besos colocando una gota de su jugo en tus labios y lengua y dejando que se diluya con tu saliva para que el efecto no sea demasiado ácido; también puedes usar otras estrategias como chupar un trozo de hielo o helado, dar besos fríos, calientes, ácidos, dulces, de diferentes sabores y sensaciones.
Lo importante al margen de todos los consejos y sugerencias es la pareja con quien compartes la experiencia, y tu capacidad de entregarte totalmente a ello, disfrutarlo al máximo, deleitarte con cada movimientos, suspiro, sabor, al final hacer de ese momento inolvidable.
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